Es un hecho que Intel no atraviesa por su mejor momento, donde la llegada de AMD y sus Ryzen han puesto en serios problemas sus planes y proyectos tal y como estaban definidos. Hoy, al parecer, tenemos nuevas consecuencias de esto, ya que según DigiTimes Intel estaría nuevamente retrasando la llegada de Cannon Lake, los cuales ahora estarían programados para finales de 2018, incluso inicios de 2019.
Sí, en caso de que esto se confirme estaríamos ante el tercer retraso de la octava generación de procesadores de Intel, la cual sería el anhelado salto a los 10 nanómetros. Familia de chips que estaba programada en un inicio para ser lanzada durante la primera mitad de 2017, la cual se retraso hacia finales de 2017 y posteriormente terminó apuntando a la primera mitad de 2018. Hoy podemos olvidarnos de todo esto.
Tres retrasos y aún no hay nada claro
Después de que Intel hace unas semanas jugara con nuestros sentimientos al lanzar una «octava generación» basada en la arquitectura Kaby Lake sobre un proceso de 14nm++, y nos mantiene a la expectativa del verdadero salto de generación que llegaría con Coffee Lake y Cannon Lake. Hoy parece que tendremos que esperar aún más para la llegada de los 10 nm.
Según fuentes de la cadena de suministro, Intel se ha encontrado con muchos problemas para la fabricación de la nueva arquitectura de 10nm, por lo que han decido aplazar su lanzamiento por tercera ocasión. Esto es porque al parecer no han logrado optimizar la fabricación a gran escala, y se arriesgarían a una falta de componentes y problemas con sus socios, quienes ya esperan tener Cannon Lake en sus ordenadores el año que viene.
De acuerdo a los avances que ha mostrado Intel, Cannon Lake significaría un 25% más de rendimiento y 45% de reducción en el consumo energético, donde la verdadera clave estaría en el soporte a memoria LPDDR4, lo que permitiría tener hasta 32GB de RAM sin un controlador de memoria dedicado.
El más afectado de esta decisión sería Apple, quien esperaba lanzar su MacBook Pro 2018 con 32GB de RAM LPDDR4, el cual también se retrasaría hasta 2019. Si Apple quiere actualizar su portátil en 2018 tendría que optar por Coffee Lake y mantener el tope del MacBook Pro en los 16GB LPDDR3. Esto tal vez signifique que incluso podrían pasar de Cannon Lake para una futura actualización y dar el salto directo a Ice Lake, que en teoría llegaría en 2019.
por supuesto hay que destacar que estos son apenas rumores y la misma Intel no ha confirmado el retraso, por lo que estaremos atentos ante cualquier novedad para dárselas a conocer de inmediato.
Vía | Xataka